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Café para todos, menos a la hora de pagar impuestos

Por Olga Agüero periodista y asociada de la UPP Publcado en elDiario.es el 9 de mayo de 2025  Hubo un tiempo en que los niños venían con 3.000 euros debajo del brazo, fuese el hijo del panadero o del dueño de la fábrica de harina. Fue el primer paso. Ahora cada vez se dan más ayudas públicas a quien no las necesita. La filosofía de las ayudas públicas siempre fue corregir las desigualdades, pero esta premisa parece haberse quebrado porque los ricos también lloran, como enunciaba aquel culebrón mexicano para consolar a la audiencia de clase media baja, y revindican su “paguita”. Quieren tener los mismos derechos que el pobre, sin el deber de pasar hambre y las estrecheces para llegar a fin de mes, claro está. Los políticos han descubierto que repartir café para todos es más rentable electoralmente. Hubo un tiempo que en España los niños venían con 3.000 euros debajo del brazo, fuese el hijo del panadero o del dueño de la fábrica de harina. Fue el primer paso. Ahora cada vez se dan m...

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